viernes, 5 de marzo de 2010

LLEGARON LOS CONQUISTADORES Y VIMOS DOS INCREIBLES PASES

















Gonzalo Casado. Comentarios taurinos


Eran ya horas de salir de casa para presenciar la penúltima corrida de la temporada en el México, y como siempre salí de la puerta sin mi acompañante femenina por las cualidades intrínsecas que todas las mujeres siempre tienen por solo el hecho de nacer como mujer, la tardanza femenina.
A mi llegada a la plaza de Insurgentes, que está a pocas calles de mi casa por cierto, tuve que esperar a mis otros tres acompañantes de tarde , que también por cualidades intrínsecas de todos los españoles por solo el hecho de nacer en tierra Ibera también poseemos, la tardanza española.

Total, que empezaba bien la tarde señores.

Antes de seguir con el tema, les voy a presentar a los protagonistas de esta historia. Cuatro españolitos y una mexicana la comparten. Por un lado Don Rafael Ortega , español insigne de los de brazo en alto y como me gusta decirle a él .El Doctor Antonio Ortega , que no hay que ser muy listo para darse cuenta que es hermano de “el del brazo en alto”. Una compañera de trabajo de “el del brazo en alto”  , la señorita Begoña, también de la madre patria. Ah, el brazo que siempre levanta es el derecho para no confundir de aquí en adelante a los lectores de la tendencia política de “el del brazo en alto”. Y por último, y no por ser la ultima la menos importante, al revés, la mexicana, mi acompañante femenina que además es mi novia que para que os enteréis llego, aunque tarde pero llego. Y el menda, el que escribe.

Cuatro hechos destacaré de esa tarde en la plaza México:

Primero que me entere ese mismo día que el “del brazo en alto” además de ser banquero es experto ecuestre y debe tener hasta un picadero, de caballos señores no se confundan. Lo digo porque en vez de seguir la lidia de los toros y atender a lo que hace toro y rejoneador en este caso, solo sabía decir que este caballo o aquel estaba cojo, con esguince, luxación o yo que sé.

Segundo que todos los que estamos allí, es decir los cuatro españolitos y mi mexicana preciosa, preciosita, preciosota, nos quedamos con la boca abierta por el lio que se armo en el primer par de banderillas de El Zapata a su primer toro de la tarde. Bueno, le dieron la vuelta al ruedo, le arrojaron sombreros, alianzas matrimoniales, gallos, gallinas y polluelos, lencerías varias, letras de cambios por si se confundía y se los firmaba ( por eso de la crisis ), y casi antes de empezar a torear de muleta le cortan las orejas y el rabo y hasta la pata y se los dan ahí mismo. Bueno una exageración más en la México.

Tercero y vamos a lo artístico, el pedazo pase que dio Curro, no el torero ya me gustaría a mí que siguiese toreando, sino el caballo de Pablo Hermosos de Mendoza, por los adentros al segundo toro que le correspondía por cartel al rejoneador. Vaya pase, ole. Nada más solo, ole. Pero le supero otro pase en la tarde de insurgentes.

El que dio el helicóptero de la policía de tránsito a un Airbus de la compañía Iberia encimita de nuestras cabezas.

Eso sí que es un pase, se paso por la faja el maestro helicóptero a un señor Miura de nombre Airbus y numero en costillar 340 de 650 mil kilitos, seguro que con más de cinco años de edad, y vaya dos alas como pitones.

Cuarto, los dos artistas que salieron por la puerta grande más contentos que unas castañuelas. Y no me refiero a Pablo Hermoso de Mendoza y a El Zapata, sino a una pareja que teníamos al lado que se cogió una trompa de vino barato en bota. Y con eso pues, bulería por aquí, buleria por acá, una gorda se nos cayó encima de la cremá (cremá valenciana). Oye señores, que se nos cayó encima no es exageración.

Pues nada estos conquistadores de la madre patria se fueron contentos, felices y cada cual a su rebaño, todos juntos pero no revueltos. Bueno revueltos algunos si que nos fuimos. No creo que se necesite mas explicación
Se ha dicho